¿Colonialismo o colonialismos?

    • El colonialismo y el imperialismo son fenómenos que se dan en las sociedades humanas, que, desde que existen en la Tierra se dedican a las guerras y subyugación de los vecinos próximos o distantes.

 

    • Españoles, portugueses y a seguir; ingleses y estadounidenses: ¿misma palabra para males distintos?

      Colonisation Colonisacion La colonización del continente llamado “latino americano” por las naciones ibéricas pertenece a esta categoría. Ella difiere de las colonizaciones inglesa y francesa del norte del continente; de las diversas colonizaciones europeas de África, Asia o Oceanía; del imperialismo romano, napoleónico, victoriano, inca, azteca, zulú, mongol, griego, genovés, moro, sionista, francés en Argelia, español en Marruecos y Sahara Occidental, estadounidense, persa, saudita, otomano, ruso, japonés, chino, dinamarqués, vikingo, germánico, celta y la lista podría extenderse en páginas enteras ya que la gran mayoría de los pueblos de la Tierra desbordaron y extendieron su presencia y dominación sobre los pueblos, naciones, estados, tribus, poblaciones exteriores a sus “áreas naturales”.

 

    • En realidad, es porque no hay “áreas naturales” a grupos determinados de humanos que el flujo lleva de una región a otra los pueblos o sus extensiones en forma de ejércitos, administración, colonos, misionarios, mercaderes.

 

    • Sería difícil por no decir imposible de encontrar alguno que no sea culpable, aunque nuestras intenciones no son de cultivar la culpabilidad pero de llegar, no a reparar el pasado lo que sería imposible, pero rectificarlo restaurando un presente prometedor que se alimente de las enseñanzas que nos ofrece la historia y se construya proyectándose en un porvenir descombrado de las consecuencias indeseadas de los actos pasados.

 

    • No podremos establecer una clara trayectoria para el dicho continente latino-americano sin una introspección en el traumatismo que fue la colonización particularmente bárbara que sufrió y continua sufriendo como repercusión de la continua espoliación que lo agotó durante cinco siglos, de su aculturación, de la persistencia de la estructuras sociales, de los modos de pensar, de organización de la sociedad y de las costumbres, creencias y practicas impuestos por la invasión hispano-portuguesa y prorrogados por el pérfido colonialismo inglés y el imperialismo estadounidense.

 

    • Estas tres olas de dominación continúan ejerciendo influencias cuantitativa y cualitativamente diversas pero todas de índole mayoritariamente nefasta.

 

    • Bolivia, alma del continente y ejemplaridad de resiliencia

      BoliviaNuestro afecto y cariño se inclinan instintivamente hacia las naciones que se afanan con valor a emanciparse, independientemente de las medidas y decisiones que le competen a la política interna de los estados y sobre los cuales no nos pronunciaremos.

 

    • Entre estas naciones, se destaca Bolivia que surge como el corazón de este continente, geográfica y culturalmente. Esto se entiende, parcialmente, si se considera que dos tercios de su población son indígenas, de entre los cuales emanó finalmente un presidente.

 

    • Esperamos que otras naciones sigan la vía por ella abierta, ya que no habrá resolución del “problema latino-americano” sin un cuestionamiento de los paradigmas impuestos primero por los iberos y después por la mano invisible de Inglaterra y el imperialismo de Estados-Unidos, que a seguir la caída de los sistemas fascistas que patrocinaron, practicaron la política de la propaganda y adoctrinamiento a fin de reducir los pueblos de este continente al estado de suburbanos empobrecidos del sueño americano, que resulta ser un montón de sosas y narcisistas aspiraciones y de sumisión a una vana búsqueda de un bien estar puramente material y sin trascendencia.

 

      • Historia como ciencia, historia revisada e historia ideologizada

        ¿Cuál habría sido la historia de estas comarcas sin la venida de los europeos? Este planteamiento no es pertinente, ya que nunca lo sabremos. De todas formas, en algún momento esta isla de 43 millones de kilómetros cuadrados debía entrar en contacto con el bloco indoeuropeo y africano.

Se habría preferido que lo que de todas formas debía acontecer, hubiese sido llevado a cabo bajo mejores auspicios, pero si se considera lo que era el arte marítimo de cada uno en aquel entonces, difícilmente el “descubrimiento” podía haber seguido el camino inversa. Desafortunadamente, para el “nuevo” y los “antiguos mundos”, aquellos que lo dominaban eran también los maestros, o servidores, de la (re)conquista y la agresividad

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        Fueron los españoles, excitados por siete siglos de reconquista y movidos por un afán guerrero y fervor religioso injertados en su constitución por esta prolongada faena bélica, que primero atracaron en estas costas, el Evangelio en una mano y la espada en la otra, con los resultados que sabemos, aunque de repente no fuesen tan negros que se suele creer por ahí, ya que no sería desrazonable del todo considerar que las potencias protestantes del norte, en lucha con una España católica y dominadora, amplificaran las cosas por medio de su predominio editorial, en particular el de Amsterdam, y de la relativa libertad de pensar que ahí nacía, para bosquejar una leyenda negra de su gran rival del sur.

 

     

    No obstante, más allá de cualquiera defensa que los luso-iberos conseguirían producir, se mantendrán hechos irrefutables y suficientes, siendo el más entero de ellos que fue su llegada que entabló el proceso de destrucción cuyas consecuencias se prorrogan hasta ahora.

     

      • La historia es una ciencia, o al menos intenta serlo. Dejemos la proseguir exenta de ideologías. No pretenderemos aquí actuar como historiadores, bien que los animamos y apoyamos para que se mantengan allende del debate, ya que la historia como disciplina acaba siempre perdiendo en los debates vinculados a una forma de militantismo. No desearíamos que recrease versiones en función de los intereses de los unos o de los otros. Le incumbe mantenerse firme y objetiva dentro de los límites establecidos por su objeto, sin buscar a favorecer ni a los dominantes, ni a las víctimas, lo que suele ser una tendencia pronunciada en esta época propicia a los dogmas “victimarios” o sea que alaban al que está de victima”.

     

      • Imperialismos precolombinos

        inca-maya-aztecEste continente no era un paraíso humano antes de la llegada de los españoles, creerlo sería hacer acto de ingenuidad o de mala fe. Imperios existían; Inca, Maya, Azteca, invasores, brutales, depredadores, sanguinarios y tiránicos. La esclavitud, la guerra, las violaciones, las castraciones forzadas, torturas e inclusive sacrificios humanos integraban, en diversos grados, la realidad de todos estos pueblos, pequeños y grandes.

      • Esto no enmienda de forma ninguna los conquistadores europeos, pero cabe evitar no desviar de los imperativos de memoria y exigencias de excusas, de las debidas compensaciones morales y materiales, hacia una idealización de los tiempos precolombinos.

     

      • Tampoco eso debe servir de pretexto para aminorar el esplendor de civilizaciones que eran en muchos aspectos superiores a lo que proponía entonces Occidente. El rescate de elementos culturales, espirituales, ideológicos precolombinos y su adaptación a las exigencias modernas debe llevarse a cabo con buen juicio y desenredado de las tentaciones de glorificación. Salir de las mentiras en las cuales fue inmerso este continente para entrar en nuevas mentiras no resultaría en una operación benéfica, aunque se entienda que asistamos a procesos de embellecimiento de lo que era “antes”. Deberemos no obstante prestar atención a contenerlos en límites aceptables, y podríamos decir; legítimos, tratando no frustrar ni inhibir el entusiasmo de aquellos que van despertándose después de una prolongada pesadilla en la cual se les limitó al papel de victimas mudas e invisibles.

        Lo cierto es que, más allá de las especulaciones historiográficas y todos los revisionismos y relativizaciones posibles en ambas direcciones, las civilizaciones que poblaban este continente antes de la llegada de los europeos lo hacían en acuerdo con sus modos de vida, que aunque no fuesen perfectos, y no lo son nunca, y de forma ninguna lo eran en Europa, habían sido definidos por éstas y que ninguna invitación a que fuesen substituidos por otros había sido emitida y en eso se definen los dos parámetros de inadecuación de la colonización: el grado de imposición del colonizador y la evolución, para peor, de las condiciones de vida de los colonizados.

     

      • Roma, el Inca y los luso-iberos

        El imperialismo romano así que el inca se extendieron siguiendo el juego diplomático que se insertaba dentro de una aceptación más o menos explícita de parte de los “débiles” de las ventajas de incorporarse pacíficamente a la potencia dominante y en cierta medida admirada, o el de la guerra y de la invasión armada. En ambos imperios las condiciones de vida mejoraron.

     

      • aztec-conquistadorEn lo que se refiere a la conquista ibérica, ésta consiguió extenderse con relativa facilidad, si se consideran los escasos medios que participaron en un principio, porque hubo alianzas, aprovechándose los recién desembarcados de las tensiones internas, rivalidades y frustraciones de pueblos subyugados por sus vecinos más fuertes, sin destacar el impacto que supuso la llegada en amplias naves de barbudos montados a caballo y que poseían el “trueno”, y que, según se cuenta, fueron tomados por “dioses” o sus heraldos.

        La diferencia reside, de un lado, en lo repentino del choque: los conquistados no podían esperárselo y por lo tanto, aun memos prepararse a ello, ni siquiera conceptualizar la posibilidad de tal encuentro, ya que ambas civilizaciones nunca habían mantenido la menor relación y no conocían sus existencias respectivas, y por otro lado en la imposición de parte de los invasores de un sistema que solo servía sus intereses y que era en casi todos los aspectos incompatible y nefasto para los indígenas.

     

      • Que una civilización conquiste y subyugue a otra no constituye el problema del colonialismo e imperialismo, ya que toda civilización lleva en su seno, en un grado u otro, estas predisposiciones. El problema reside en la manera y los resultados. ¿Cómo se lleva a cabo y en que resulta para las gentes?

     

      • El balance romano e inca tienden a ser positivos, hasta muy positivo según algunos criterios. ¿Cuál sería el balance de la colonización ibérica?

     

      • A seguir la conquista, unas castas española y portuguesa impusieron un sistema feudal al modo tropical, revocando las estructuras sociales, económicas que prevalecían previamente, así que su organización política y religiosa.

     

      • Allende de la conquista, lo que vino después trajo la destrucción

        Una derrota militar, aunque acompañada de una masacre, no acaba con una civilización. El final surgió con la imposición de un sistema que era contrario a los intereses de los autóctonos y que beneficiaba en prioridad a los invasores.
        Si hubo forzosamente elementos positivos – en todo encuentro, tan indeseado sea, se consigue extraer algún elemento positivo -, no sería perentorio declarar que el proceso, por etapas, fue globalmente negativo y que por consiguiente ningún discurso apologético debe pretender respaldarse con la vestimenta de la aceptabilidad. No resulta superfluo recordarlo, en particular a las masas, e inclusive élites españolas y portuguesas para quienes la mera idea de presentar una forma de disculpas se aparenta a una insoportable ofensa. ¡Pero ahí tendremos que llegar, y todos juntos! ¡Excusas e indemnizaciones!

       

        • ¡Se requiere un gigantesco proyecto de descolonización!

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